El intestino y nuestra inmunidad

Nuestro intestino es el hogar de cien billones de bacterias, levaduras y otros microbios.

En condiciones normales, el intestino delgado alberga unas pocas especies de bacterias y una baja cantidad de microorganismos comparado con el colon, que hospeda una mayor cantidad.

Las más recientes investigaciones demuestran que el equilibrio microbiano del intestino determina nuestra digestión, el equilibrio de nuestro sistema inmune, las emociones, la expresión genética y el estado global de nuestra salud.

Una factor común que tienen todos los trastornos de autoinmunidad es el aumento de la permeabilidad intestinal también conocido como «intestino poroso». 

Pero os preguntaréis: ¿ Qué tiene que ver el intestino con el sistema inmune y la autoinmunidad?

Sencillamente tiene todo que ver, porque es el revestimiento intestinal el que evita la autoinmunidad.

Ya que además de hacer sus funciones principales como digerir y absorber nutrientes y de conservar el equilibrio de agua y electrolitos, el intestino se encarga de apoyar el sistema inmunitario para diferenciar los invasores frente a nuestros propios auto-antígenos, además de facilitar el control de patógenos y de prevenir las reacciones autoinmunes.

¿Qué es exactamente el intestino poroso?

Estaríamos hablando de intestino poroso cuando se produce un aumento anormal de la permeabilidad en el intestino delgado, debido a que las uniones celulares del epitelio pierden estabilidad, se aflojan permitiendo el paso de sustancias que normalmente no tendrían acceso a la circulación sanguínea.

Dando como resultado inflamación del cuerpo y del intestino, desencadenando sensibilidades alimentarias y autoinmunidad.

¿Qué causa el intestino poroso?

En presencia de un intestino poroso, se detecta un exceso de secreción de zonulina que es la proteína que se encarga de la estabilidad de las uniones celulares del epitelio, y en la mayoría de las enfermedades autoinmunes se ha detectado un exceso de esta proteína, pudiendo estar relacionado este exceso a una variedad de factores como en los que se incluyen las glicinas (gluten), intolerancias alimentarias, estrés psicológicos, grasas instauradas, antiinflamatorios no esteroides  (AINE), alcohol y bacterias patógenas, así como  la sobrepoblación bacteriana proveniente del intestino grueso (colon). El aumento de la permeabilidad bacteriana tiene como fin limpiar las bacterias y toxinas acumuladas en el intestino delgado. Otro de los motivos por los que puede aumentar la permeabilidad intestinal son varios alimentos y/o suplementos y por cirugía, traumatismos o inflamación.

Algunos tipos de cocción de los alimentos como el tostado o la caramelización se cree que podrían promover la inflamación y a su vez incrementar la permeabilidad intestinal.

Factores que aumentan la permeabilidad intestinal

  • Ácido linoleico
  • Alcohol
  • Alergias alimentarias
  • Antiinflamatorios no esteroides (AINE)
  • Bacterias patógenas
  • Caléndula, lúpulo.
  • Cápsaicina (pimienta dulce, Cayena, pimentón).
  • Cirugía/ trauma
  • Edad avanzada
  • Ejercicio extenuante
  • Estrés (angustia, miedo)
  • Gluten
  • Grasas insaturadas
  • Grandes cantidades de triptófano
  • L-alanina
  • Sobrepoblación bacteriana en el intestino delgado

Prueba para la permeabilidad intestinal

Se realiza mediante el test de permeabilidad intestinal manitol- lactulosa, es sencillo y nada invasivo, se recogerá una prueba de orina en la que se reflejará el grado de permeabilidad o mala absorción por medio de los niveles de los dos azúcares acumulados en la muestra de orina recogida en las siguientes 6 horas. La prueba se puede repetir tras empezar con algún tratamiento para ir viendo la evolución.

Cuestionario intestinal

¿Tienes síntomas de disfunción intestinal?

  • Hinchazón o sensación de estar lleno y/o eructos, ardor, flatulencia justo después de comer.
  • Infecciones crónicas de levaduras u hongos.
  • Náuseas después de tomar suplementos.
  • Te sientes fatigado después de comer.
  • Acidez
  • Usas regularmente antiácidos.
  • Dolores abdominales crónicos
  • Diarrea
  • Moco en tus deposiciones
  • Estreñimiento ( menos de 1 o 2 veces al día)
  • Deposiciones grasientas, grandes, pobremente formadas o fétidas.
  • Alimentos sin digerir en las heces.
  • Alergias alimentarias, intolerancias o reacciones.
  • Intolerancia a los hidratos de carbono (comer pan y otros azúcares te causa hinchazón).
  • Prurito anal
  • Encías sangrantes o gingivitis.
  • Glositis benigna (sarpullido a modo de mapa en la lengua, indica exceso de levaduras o alergia alimentaria).
  • Úlceras en la lengua
  • Llagas en la boca
  • Ansias por comer dulces y pan.

Si te has sentido identificado con más de 4 apartados, estoy segura que puedo ayudarte a mejorar tu calidad de vida, a través de la alimentación y con ayuda de suplementación que logre regenerar tu mucosa intestinal.

 

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Ximena Loayza Nutricionista
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